Se dice que las personas de sociedades primitivas eran incapaces de distinguir entre la realidad y el mundo de los sueños. No solamente veían el mundo de los sueños como una extensión de la realidad, sino que también para ellos, el reino de los sueños era un mundo más poderoso.
En las épocas griega y romana, los intérpretes de sueños acompañaban a líderes militares en la batalla. Los sueños eran sumamente importantes y frecuentemente vistos como los mensajes de los dioses.
En las épocas griega y romana, los intérpretes de sueños acompañaban a líderes militares en la batalla. Los sueños eran sumamente importantes y frecuentemente vistos como los mensajes de los dioses.
Los sueños eran tratados en un contexto religioso y en Egipto, eran los sacerdotes los intérpretes de sueños. (Los egipcios registraron sus sueños en jeroglíficos. )
En la Biblia, hay cerca de setecientos menciones de sueños, el sueño aparece como una de las formas elegidas por Dios para transmitir su palabra a algunos de sus hijos mortales.
Si miramos retrospectivamente a estas culturas ancestrales, las personas siempre han tenido una inclinación a interpretar los sueños.
Los sueños también tenían calidad de proféticos. Frecuentemente se buscaba en los sueños señales de advertencia y consejo. Era un oráculo o augurio de los espíritus, bien sea un mensaje de una deidad, de antepasados o incluso los trabajos de demonios.
El mundo de los sueños puede verse como un lugar real al cual el espíritu y el alma van cada noche a visitar. Los chinos creían que el alma dejaba sus cuerpos para ir a este mundo. Sin embargo, si eran repentinamente despertados, su alma podría fracasar en volver al cuerpo. Por esta razón, aun hoy en día, algunos chinos son reservados con los despertadores.
En algunas partes de Europa, como Transilvania, se cuidaba de mantener cerrada la boca de los niños dormidos para que el alma, que tiene algo de pájaro, no pueda salir del cuerpo de la criatura, o bien se desaconsejaba dormir durante unos días cerca del lugar donde había muerto un hombre para no toparse con su espíritu que, algo desconcertado por su nueva condición de muerto, busca con desesperación comunicarse con algún ser querido.
Algunas tribus indígenas americanas creían que sus ascendientes vivían en sus sueños y tomaban formas no humanas, por ejemplo, plantas. Ellos veían los sueños como una forma de visitar y tener contacto con sus ancestros.
A finales del siglo XVIII, los sueños habían perdido la importancia que tuvieron a través de los siglos y se les tomaba como producto de la ansiedad o simple indigestión, por lo tanto, no se les daba significado alguno.
Más tarde, en siglo XIX, Sigmund Freud revivió la importancia de los sueños, su significado y necesidad de interpretación.
Freud revolucionó el estudio de sueños.
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